Raúl Santana

vuelve al escaparate de los socios

 

De pequeño jugaba con la cámara rota que mi padre había usado tantas veces y que ahora yo simulaba «disparar».

Más tarde me regalaron una que no solté hasta que también se rompió. Luego la vida me llevó por otros caminos y de adulto me tropecé de nuevo con una cámara, aún eran de rollos de película, pero duró poco. Otra vez la vida decidió llevarme hacia otro camino.

Esta vez he vuelto a redescubrir el gusto por este arte y sé que camino seguir; con el apoyo y la ayuda de mis amigos aprendo día a día.
¡A ver qué sale!